El cuadro burgalés se impone en un difícil duelo marcado por las defensas y la igualdad en el que los rojinegros supieron gestionar las inferioridades y los momentos de tensión para llevarse los dos puntos
UBU San Pablo Burgos
28
Ibrahim (), Pinillos (6), Claudio Ramos (1), Ernesto (3), Dalmau (5), Juan Tamayo (2), Joshua (4), -siete inicial- Marcos Braga (1), Espinosa, Raúl Blanco (2), Samuel (1), Javi Rodríguez (1), Torres (), Mile Mijuskovic (), Cantore (2), Juli.
Vestas Alarcos Ciudad Real
25
March (4), Palacios (1), Almansa (4), Grandi (2), Serrano, Barricart (5), Ruiz (1), -siete- Mendoza, Plaza (1), Zarazua, Mora, López-Tola, Robles (3), Asensio (4), Naghavial-Hosseini, Berbel.
PARCIALES: 1-1/ 2-4 / 5-6 / 8-9 / 10-11 / 12-11 / descanso / 14-13 / 16-15 / 19-18 / 21-21 / 24-23 / 28-25 /
ÁRBITROS: Enrique Javier Romero Cruz y José Alberto Romero Cruz (AND). Excluyeron a Javier Espinosa (mins. 25:51 y 57:53), Claudio Ramos (min. 29:44), Juli (mins, 34:41 y 47:42), por parte del UBU San Pablo Burgos, y a Palacios (21:30), Almanza (min. 42:18), March (49:51) y Asensio (min. 51:54), del Vestas Alarcos Ciudad Real.
El UBU San Pablo arrancó con buen pie la fase de ascenso logrando una trabajada victoria ante el Vestas Alarcos Ciudad Real (28-25), en un choque marcado por la igualdad y la solidez defensiva de ambos bloques. El conjunto cidiano no pudo enhebrar su estilo habitual de juego, pero supo adaptarse al ataque en estático y a las distintas circunstancias del partido para acabar gestionando con maestría unos últimos minutos de tensión y en inferioridad para llevarse los dos primeros puntos de esta fase.
Arrancaba el encuentro con la emoción palpable de estar luchando por un gran objetivo. Desde el inicio fue evidente la complejidad que entrañaba el encuentro lo que se percibía, especialmente, en la dureza de las defensas que alargaban las acciones en ambas áreas e imponían un ritmo poco habitual en los duelos del UBU San Pablo. Tanto, que durante los siete primeros minutos permaneció el empate a uno en el marcador.
Con el paso de los minutos, Alarcos hizo notar su mayor experiencia para abrir una brecha en el luminoso de tres tantos, gracias a su férrea defensa y a su capacidad para encontrar espacios en el flanco izquierdo cidiano y desde el pivote. El público empezó a hacerse notar y la energía de la grada llegó al 40x20 de tal modo que los rojinegros se anotaron un 5-1 de parcial para dar la vuelta al tanteo y reiniciar las hostilidades.
El choque entró en una fase de igualdad, si bien el intercambio de ataques se saldaba a menudo con acciones infructuosas a causa de la gran actuación del meta visitante y de la zaga local, con un muy buen Claudio Ramos cerrando el paso. La inferioridad del bloque rojinegro en el minuto 25, por exclusión de Espinosa, no hizo mella en el marcador para los locales ni tampoco la de Claudio en el 29, de modo que el encuentro llegó al descanso con un 12-11.
El ritmo se aceleró en la reanudación, los primeros minutos fueron un toma y daca con dos contrincantes sacando toda su artillería. Al equipo de El Plantío, no obstante, le costaba mucho conectar con Samuel Gómez, lo que limitaba los argumentos burgaleses desde los seis metros. Una nueva exclusión, esta vez de Juli, volvió a poner en aprietos la solidez del UBU San Pablo pero, de nuevo, la inferioridad se saldó con un plus de intensidad de los cidianos para sujetar el marcador y no permitir escapadas de su contrincante.
El cuadro burgalés abría, entonces, su primera brecha con dos tantos (min. 11. 16-14) pero ningún argumento parecía definitivo en un encuentro que seguía el guion previsible en una fase de ascenso: máxima equilibrio y dificultad extrema en cada instante. Burgos intentaba estirar la goma y Ciudad Real la encogía.
El UBU San Pablo volvía a distanciarse y el cuadro ciudadrealeño respondía sin contemplaciones para no dar un respiro a los corazones de la hinchada rojinegra. La doble exclusión del equipo morado tampoco sirvió a los burgaleses a romper el partido (min. 49). El final se antojaba de infarto y a falta de cinco minutos los de Nacho González se situaban con un 25-23 que obligaba a Javier Laguna a buscar soluciones con un tiempo muerto. La jugada ensayada no salió y Pinillos recuperó, pero no hubo réplica en la meta contraria. Al menos de forma inmediata. Hicieron falta tres ataques y dos buenas intervenciones de Ibrahim para que la distancia volviera a los dos goles favorables a los rojinegros. En el 58 de juego, la exclusión de Espinosa elevaba la tensión y Nacho González pedía tiempo muerto para ordenar los últimos ataques. Los nervios parecía que podían jugarle una mala pasada a los cidianos pero, una vez más, apareció Ibra para echar el cerrojo, a lo que se sumó la zurda de Joshua da Silva para anotar dos goles vitales que dieron por concluidas las hostilidades. Triunfo para empezar con el viento a favor y para aprender que en el camino a Asobal todas las etapas son de alta montaña.
DECLARACIONES NACHO GONZÁLEZ
El entrenador local, Nacho González, no podía ocultar su satisfacción por la conquista de este primer triunfo: «Dos puntos muy importantes para nosotros porque era muy importante empezar bien». «Quizás el equipo ha estado agarrotado», explicaba el técnico. «En muchos momentos del partido, no hemos terminado de coger el ritmo que a nosotros nos gusta y hemos ido a una primera parte con tanteadores muy bajos, lo que para nosotros quizá es perjudicial», detallaba. Para el vallisoletano, fue vital la gestión de momentos de gran trascendencia y destacaba, en este punto, que su equipo había «jugado muy bien las inferioridades», lo cual tuvo gran relevancia dada la gran cantidad de exclusiones que tuvo el bloque cidiano, y, aun así, no permitió «que ellos rompiesen el partido». González también de sus pupilos el hecho de «haber sido capaces de defender las situaciones» como por ejemplo «cuando han puesto el 7 contra 6». «Hemos defendido su última intentona de meterse en el partido y hemos aguantado la presión», señalaba.