El conjunto cidiano completa un encuentro redondo en el que las soberbias actuaciones de Ibrahim y Pinillos fueron determinantes para impulsar al equipo en los momentos clave
UBU San Pablo Burgos
33
Mile, Cantore (3), Pinillos (10), Raúl (2), Claudio Ramos (1), Dalmau (2), Joshua (4), -siete inicial- Ibrahim, Espinosa, Juli, Samuel (2), Marcos García, Ernesto (2), Javi Rodríguez (4), Cristian, Juan (3).
UE Sarrià
22
Portulas (1), Segarra (4), Martí Arnau (3), Pere Arnau (2), Ballester, Moreno, Vicente (1), -siete incial- March (1), Torres, Masmiquel (1), Font, Mariscal (2), Lozano (3), Teixedor, Toro (1), Martínez (3),
PARCIALES: 3-3 / 5-6 / 10-8 / 13-8 / 16-9 / 19-11 -descanso- 21-14 / 23-15 / 27-17 / 28-21 / 31-21 / 33-22
ÁRBITROS: Óscar Gutiérrez Sobrino y Jorge Monjo Ortega. Excuyeron a Cantore (mins. 7 y 38), Claudio (min. 9), Joshua (min. 27), Juli (min. 31), Dalmau (min. 37), del UBU San Pablo Burgos, y a Ballester (min. 4 y 27), Martí Arnau (min. 8), Vicente (min 35) y Portulas (min. 43), del UE Sarrià. Además, expulsó a Claudio Ramos con tarjeta azul en el minuto 41.
INCIDENCIAS: Encuentro de la tercera jornada del Grupo A de la División de Honor Plata disputado ante 300 espectadores. En el descanso, el Hereda San Pablo Burgos brindó la copa que les acredita como recientes campeones de la Basketball Champions League al público de El Plantío.
Por fin, el UBU San Pablo Burgos vence, convence (33-22) y demuestra su potencial en un partido ante la Unió Esportiva Sarrià que tuvo de todo: un inicio dominado por los catalanes, una remontada trabada, una tarjeta azul a Claudio Ramos y un final apoteósico para disfrute de un público enloquecido.
El encuentro comenzó con la sombra de la baja de Álvaro Torres, que se lesionó el pasado viernes en el entrenamiento, y con la extraña imagen de los jugadores de ambos equipos jugando con mascarillas. Lo inusual de la estampa no impidió que ambos bloques salieran a la cancha concentrados y con mucha hambre en ataque. El marcador se movió rápido con el gol inicial de Martí Arnau para el conjunto catalán. La batalla comenzaba.
A los burgaleses les costaba frenar en ataque las rápidas transiciones de los jugadores de Sarriá, pero lo compensaba en tareas ofensivas con el potente disparo de Joshua da Silva, que mantenía el marcador equilibrado en el primer tramo del encuentro. No obstante, los errores de la defensa rojinegra propiciaban una primera ventaja de dos tantos de los visitantes. En el minuto 9, la exclusión de Arnau daba alas a los locales que, comandados por Pinillos, igualaban el marcador en cuestión de un minuto y remontaban en el 14 con un tanto de Tamayo de contraataque. Con Ibrahim bajo palos cerrando la puerta, el cuadro cidiano se vio con una inyección de confianza y con un 10-8 en el luminoso, Salva Puig solicitaba tiempo muerto.
El partido se volvió más duro, la defensa local se blindaba y el conjunto rojinegro se hacía dueño y señor del juego. Ibra desbarató ocho ataques consecutivos para desesperación de los gerundenses que veían como el luminoso marcaba un 15-8 en el minuto 22, lo que llevó al técnico catalán a solicitar otro receso. Pero seguía sin ser efectivo ningún cambio táctico por parte del bloque visitante. Burgos se sentía a gusto sobre el parqué y se notaba. En el momento más álgido de juego de los cidianos, se llegó al descanso con un 19-11.
El paso por vestuarios no frenó al UBU San Pablo Burgos, que arrastró esa tendencia en la reanudación. Los de Nacho González mantuvieron el ritmo a pesar de la exclusión de Juli apenas 30 segundos reiniciado el juego, si bien con algunas dosis de precipitación. En el 38, la escuadra castellana se vio con dos hombres menos por las exclusiones consecutivas de Dalmau y Cantore. Sin embargo, la doble inferioridad de los rojinegros no solo no les penalizó en el marcador, sino que saldaron la inferioridad con un parcial de 1-0. Fue entonces cuando en una situación defensiva, un encontronazo entre Claudio con Pere Arnau se saldó con la tarjeta azul al pivote cubano. Con el partido caliente, cada gesto se llevaba al extremo y, en la acción siguiente, Ernesto sufrió un golpe que le obligó a retirarse al banquillo.
El largo periodo en el que los burgaleses se vieron con menos efectivos solo sirvió para sacar lo mejor de cada uno de los locales, que no aminoraban el ritmo. Si bien se les notaba más fatigados, por lo que el técnico cidiano hizo rotaciones dando la oportunidad a sangre nueva como Marcos García, que debutaba, así, en DH Plata. La ventaja que había llegado a estar en 10 tantos, se situaba en siete (28-21) cuando el preparador catalán volvió a parar el partido para intentar sacar rédito de su ataque, pero Juan Tamayo robó el balón y Cantore batió a Aleix Toro para seguir manteniendo las distancias.
El partido estaba roto y solo un cataclismo podía hacer que el UBU San Pablo no le pudiera brindar esta victoria a su afición. Los últimos minutos, con el encuentro decidido, fue el turno del estreno del juvenil Cristian Tomé con el primer equipo. Una anécdota en un último parcial en el que ya no hubo color. El conjunto burgalés se desquitaba del fiasco de la anterior jornada con una victoria brillante y sin fisuras. El espíritu cidiano ha vuelto.
DECLARACIONES DE NACHO GONZÁLEZ:
El técnico cidiano, Nacho González, mostraba su satisfacción tras el encuentro y por la reacción del equipo ante todas las situaciones que se han dado antes y durante el choque: «Un partido muy complicado por muchas circunstancias externas: la lesión de Álvaro, que el viernes se hizo un pequeño esguince; jugar con mascarillas, cuando ha salido la norma de un día para otro y no hemos podido entrenar, la tarjeta azul…». «Yo creo que el partido lo hemos podido controlar con muchas situaciones y estoy muy contento con el resultado final, con los dos puntos y, sobre todo, con el equipo», resumía el preparador. El vallisoletano destacaba, especialmente, la reacción del equipo y «cómo se ha sabido sobreponer uno a uno a todos los condicionantes del partido». «Un partido en el que hemos sido bastante estables, hemos sido capaces de defender muy bien, la portería nos ha ayudado, hemos llevado el ritmo y hemos sido ordenados», explicaba. Si bien, según González, «todavía hay errores», hay margen para la «esperanza en que el equipo vaya para arriba». «Este es el ritmo que tenemos que tener», completaba.