El cuadro burgalés se hace con los dos puntos en un duelo igualado hasta el tramo final y que estuvo marcado por las muchas exclusiones que trabaron el desarrollo del juego
UBU San Pablo Burgos
37
Ibrahim (), Pinillos (5), Claudio Ramos (), Ernesto (3), Dalmau (3), Juan Tamayo (5), Joshua (1), -siete inicial- Marcos Braga (2), Espinosa, Raúl Blanco (2), Samuel (6), Javi Rodríguez (4), Torres (4), Mile Mijuskovic (), Cantore (2), Juli.
Balonmano Alcobendas
30
Fuentes (), Danci, De la Rubia (2), Nevado (1), Lozano (1), Crespo (6), Gimeno (7), -siete inicial- Martín (3), Antón, Alejandro Ortega, Trejo, Velasco (2), López (3), Antonio Ortega (3), Cardoso, Gutiérrez (2),
PARCIALES: 4-4 / 6-7 / 9-8 / 13-11 / 17-14 / 19-16 / descanso / 21-17 / 23-21 / 25-24 / 27-26 / 32-27 / 37-30
ÁRBITROS: Lucas Crespo y Pedro Eiras (GAL). Excluyeron a Juli (min. 9:48), Espinosa (min. 13:38, min. 23:04 y 46:33 -descalificado-), Raúl Blanco (min. 25:35), Claudio (min. 55:16) y al entrenador, Nacho González (min. 26:32), por parte del UBU San Pablo, y a Gutiérrez (min. 2:31), Martín (min. 26:32) De la Rubia (min. 31:12) y Nevado (min. 35:50 y 40:32), del Balonmano Alcobendas.
El UBU San Pablo pesca dos puntos en el río revuelto que se convirtió el encuentro de este domingo ante el Balonmano Alcobendas (37-30) que se vio condicionado por el extraño criterio arbitral a la hora de asignar exclusiones sin una pauta clara. El choque fue muy igualado durante la mayoría de los minutos, aunque siempre con cierto dominio local, y solo en el último tramo los cidianos consiguieron desequilibrar de forma definitiva el marcador.
El encuentro arrancó con un exceso de revoluciones por parte de ambos equipos de modo que, en el primer parcial, el público de El Plantío ya había visto ocho goles (4-4). El choque, durante los 10 primeros minutos, fue una sucesión de ataques rápidos que, en ocasiones, llevaban a la precipitación. Con el avance del partido, se reduciendo la marcha y las acciones ofensivas empezaron a ser más estáticas.
La igualdad reinaba en el juego y en el tanteo, incluso con las dos exclusiones casi seguidas que sufrió el conjunto local -primero de Juli y luego de Espinosa- en las que la decisión de jugar sin portero fue rentable para mantener la tensión e, incluso, situarse un gol arriba. La primera brecha para los cidianos llegó en el minuto 18 (12-10). La salida de los jugadores de refresco como Álvaro Torres o Samuel Gómez animó la ofensiva rojinegra lo que, a su vez, llevó a la defensa de Alcobendas a endurecerse. Con tres tantos de ventaja para los de casa, Samuel Trives solicitó tiempo muerto (min. 22. 15-12) buscando soluciones para frenar la escalada rojinegra. El resultado inmediato fue la segunda exclusión de Espinosa. Burgos volvió a arriesgar a jugar sin portero, pero la concentración de los cidianos era total, como se pudo ver en un robo de balón de Alcobendas, en el que el cambio defensivo fue tan rápido que Ibrahim llegó sobrado a su posición para firmar una gran parada y mantener las distancias en el luminoso.
Las exclusiones seguían acumulándose, especialmente para el cuadro castellano que veía cómo un nuevo jugador, esta vez Raúl, se iba dos minutos al banquillo. Para colmo de males, las protestas de Nacho González también fueron sancionadas con una exclusión solo un minuto después. Una circunstancia que mermaba en efectivos al equipo castellano pero que no amenazaba la diferencia en el tanteo que, por momentos, llegó a ser de cuatro goles. A falta de 20 segundos para el descanso, el técnico vallisoletano pidió tiempo muerto para preparar una jugada cuya ejecución no salió a la perfección y el lanzamiento a tiempo parado de Torres impactó en el larguero para dejar el marcador en un abultado 19-16 al descanso.
En el reinicio el juego fue más trabado que en el primer acto y las acciones eran más pausadas y duras, esto llevaba a que el tanteo apenas se moviera en los primeros minutos. La dinámica también afectó a las excusiones, aunque esta vez para los visitantes, que vieron cómo dos de sus hombres se iban al banquillo obligados por los colegiados. Aun así, el bloque madrileño, sin ‘hacer ruido’, se colocaba a un gol para advertir a los cidianos de que no había margen para la relajación. El encuentro se volvió caótico por instantes, si bien la entrada de Mile en portería fue un revulsivo para los locales, gracias a cuatro buenas intervenciones seguidas del internacional montenegrino que acababa de salir.
Pinillos, que de nuevo firmó un gran encuentro, cedió la batuta a Torres y, como pasó en la primera mitad, el refresco de la segunda unidad rompió el esquema para los foráneos y la dinámica del juego cambió. Samu Gómez empezó a hacerse fuerte en los seis metros y Tamayo apareció para anotar varios goles de contragolpe. Las exclusiones, de nuevo, hicieron mella, aunque en esta ocasión el daño fue para los madrileños, circunstancia que propició que el UBU San Pablo terminara por romper el partido para acabar logrando un resultado que no refleja la igualdad imperante en la mayor parte de la contienda. Dos puntos para seguir soñando.
DECLARACIONES NACHO GONZÁLEZ
El técnico cidiano, Nacho González, destacaba tras el encuentro, que el triunfo supone para el equipo «dos puntos importantes» ya que el equipo venía «de dos partidos en los que se había jugado bien pero no había sido suficiente», puesto que los rivales eran «muy buenos equipos» que castigaron los errores cidianos con dureza. Por lo tanto, «era importante volver a la dinámica de la victoria», remarcaba. «Es cierto que nos ha costado romper el partido», relataba el preparador, quien afirmaba que «durante todo el encuentro» el cuadro burgalés llevó «el peso del partido». «En la primera parte ha habido muchísimas interrupciones, muchas exclusiones», apuntaba. «No hemos tenido claro ninguno de los dos equipos el criterio arbitral y es complicado jugar así», lamentaba el vallisoletano. «Ha habido un momento que con las exclusiones ya nos han igualado y ahí hemos defendido, Mile ha estado muy bien también, hemos sabido correr y hemos roto ya el partido para lograr una victoria plácida», concluía el preparador.