El cuadro cidiano recibe a un rival directo contra el que buscará dos puntos vitales de cara a la segunda fase de la competición
El UBU San Pablo Burgos afronta los últimos partidos de la primera fase con la necesidad de puntuar para llegar con opciones a la segunda parte de la competición. Así, el conjunto cidiano tratará de sumar dos puntos este domingo a las 12:00 horas en El Plantío ante un rival directo como es el Amenábar Zarautz.
Tras un largo viaje de ida y vuelta a tierras cordobesas y un resultado adverso, el UBU San Pablo aparca la Copa del Rey hasta la próxima semana para centrarse en la liga donde le espera un difícil encuentro ante el cuarto clasificado del Grupo A. El bloque zarauztarra suma 15 puntos mientras que los cidianos se sitúan terceros con 16 unidades. El duelo se antoja vital a efectos de clasificación, pero, sobre todo, de cara a la siguiente fase, donde será necesario arrastrar puntos con los rivales del grupo inicial.
El conjunto vasco llega a Burgos tras disputar este jueves el partido aplazado de la jornada 11 contra Guadalajara en el que los alcarreños se impusieron por 40-21 en un choque marcado por las numerosas ausencias en las filas de Zarautz, que acudió al compromiso con solo 11 jugadores. Por eso, ese encuentro no es identificativo de un equipo que se caracteriza habitualmente por ser correoso y difícil de atacar, como pudo comprobar el bloque rojinegro en el choque de ida, en el que los guipuzcoanos vencieron por 31-25 a los de Nacho González. La dureza de la defensa de Zarautz se evidencia en los pocos goles que reciben por partido, gracias a una plantilla experimentada que exigirá al máximo a los burgaleses.
En medio de una «vorágine de partidos» en UBU San Pablo vuelve a la liga «con un partido importante contra un equipo que está haciendo una muy buena temporada», según explica el técnico cidiano, Nacho González. Se trata de «un equipo sólido con varios jugadores de mucho nivel de la zona, como son los hermanos Aguirrezabalaga, ambos con experiencia en máximas categorías», indica, y también «experiencias internacionales». Por tanto, un equipo estable y rocoso «con pinceladas de una gran calidad», apunta. Sobre su juego, González recuerda que los vascos «defienden muy duro y se asientan también en una gran portería» y, además, «le dan bastante ritmo al juego». En definitiva, «un equipo muy peligroso».