El conjunto burgalés venció en un muy disputado duelo en la cancha del Balonmán Lalín, en el que el dominio local del primer tiempo dio paso a una segunda parte dominada por los cidianos
Discilín Balonmán Lalín
24
Villarroel (1), Gil (1), López (3), Batán (5), Porto (8), R. Pedreira (1), Dacosta (), -siete inicial- B. Fernández (1), R. Fernández (1), Durán, Losón (1), A. Pereira (), Toimil (), Franco, Álvarez (2).
UBU San Pablo Burgos
27
Ibrahim, Pinillos (3), Claudio Ramos, Ernesto (), Dalmau (2), Juan Tamayo (3), Joshua da Silva (3), -siete inicial- Marcos Braga (2), Cantore (1), Espinosa (3), Raúl (3), Samuel (4), Javi Rodríguez (), Álvaro Torres (3), Mile, Juli ().
PARCIALES: 4-1 / 6-4 / 7-6 / 10-8 / 11-11 / 13-13 / descanso / 16-14 / 17-17 / 18-20 / 20-24 / 22-24 / 24-27
ÁRBITROS: Sergio Estelles García y Mauro Antonio Montero Suárez. Excluyeron a R. Fernández (min. 19:21), Losón (min. 39:38), Álvarez (min. 42), por parte del Discilín Balonmán Lalín, y a Claudio Ramos (min. 1:32, 32:18 y 36:13), Nacho González (Dalmau. min. 20), Pinillos (min. 31:30), del UBU San Pablo. Sacaron tarjeta azul al jugador local Roberto Álvarez, por protestar.
Punto y aparte en la primera temporada del UBU San Pablo Burgos en División de Honor Plata. El bloque cidiano cerró la primera fase competitiva con una trabajada victoria (24-27) en una cancha con público, tensión y con un Discilín Balonmán Lalín que buscaba el último billete para la zona noble de la tabla. Los rojinegros se sobrepusieron a un inicio arrollador de los locales para ir cocinando a fuego lento un triunfo con el que ponen un broche de oro a su estreno en la segunda categoría nacional.
El choque comenzó con el inhabitual sonido de un pabellón con las gradas pobladas y con la presión atenazando al equipo local, obligado a ganar para mantener activo el sueño de entrar en la zona alta de la clasificación. Los ingredientes eran propicios para que el arranque fuera favorable al cuadro local, tal y como se vivió, con un Lalín que pasó el rodillo en los primeros minutos y a los que la exclusión de Claudio en el minuto 1 ayudó a despegar en el primer parcial con un 4-1.
No esperó mucho Nacho González para parar el juego. En el 7:40 y un con 5-2 en el tanteo, reunió a sus hombres entorno al banquillo para reordenar posiciones. La charla fue productiva, de modo que solo dos minutos después los cidianos ya habían igualado la contienda. Las espadas estaban en alto y cada acción era de máxima intensidad. El bloque local defendía con dureza de modo que obligaba a los burgaleses a jugar la mayoría de los ataques en estático, algo poco frecuente para los castellanos.
Seguía comandando Lalín en el marcador, pero sin conseguir despegarse y la ansiedad empezó a aparecer en las filas locales. Con un 11-11 en el luminoso (min. 25), Pablo Cacheda solicitó tiempo muerto para no dar pie a más errores en las filas gallegas. El receso no cambió en exceso la dinámica del encuentro, salvo porque los cidianos se situaron por primera vez arriba en el marcador, aunque sin abrir brecha a causa, en parte, por el portero local, Villarroel, muy ‘enchufado’ toda la primera mitad. Así, con un 13-13 se llegó al descanso.
Las hostilidades se acrecentaron nada más reanudarse el choque. Dos exclusiones seguidas, primero de Pinillos y después de Claudio, dejaron a los rojinegros momentáneamente con dos hombres menos, lo que dio alas a los gallegos, que se desmarcaron con dos tantos de ventaja rápidamente. Sin haberse repuesto aún de la doble inferioridad, el pivote cubano recibió la tercera exclusión lo que supuso la tarjeta roja y un nuevo revés para el cuadro castellano. Sin embargo, los lalinenses no supieron ‘romper’ el partido en ese momento y ya con igualdad de efectivos en cancha, el UBU San Pablo Burgos recobró la confianza y dio la vuelta al marcador para colocarse con un 17-19 en el 42.
Los nervios volvieron a hacer acto de presencia en el cuadro local y una exclusión de Álvarez se convirtió en azul por la airada protesta del jugador local. Las dos dianas de ventaja persistían en el tanteo gracias a la gran actuación de Villarroel, pero mediada la segunda mitad el ritmo creciente de los cidianos empezó a imponerse para abrir distancias con un 19-23 que obligó a Cacheda a parar el partido.
No había dicho todo el equipo de casa. Un arreón acercó al equipo gallego en el marcador a dos dianas y Nacho González decidió que no quería dejar que esa tendencia local se prolongara, así que pidió un tiempo muerto (min. 53). Lalín sumó un nuevo tanto, lo que dejaba abiertos y en nivel de máxima tensión los últimos instantes del duelo. A falta de dos minutos, con tres tantos de ventaja visitante, el Cacheda preparó jugada. Ibrahim abortó la jugada inicialmente, pero los dezanos acabaron anotando. De igual modo, a falta de menos de un minuto, fue Nacho González el que buscó cerrar el choque con una jugada estratégica que tampoco salió como estaba planeada. No obstante, el tiempo se había consumido y un gol de Espinosa dio por concluida la contienda con un 24-27 que cierra la primera fase del Balonmano Burgos con un sobresaliente.
DECLARACIONES DE NACHO GONZÁLEZ
Tras el encuentro, el entrenador cidiano, Nacho González valoraba como «muy importantes» estos dos puntos «en una cancha muy difícil» ya que «ellos se jugaban todas las opciones a un partido y con público, que se nota mucho». «Hemos sabido reponernos de un inicio complejo, con una exclusión tempranera y un parcial para ellos favorable», explicaba el preparador. «Hemos ido entrando en el partido, el 5-1 nos ha ayudado mucho, y luego hemos cogido un pequeño margen en el marcador y ahí hemos medio controlado el partido», analizaba. Para el vallisoletano, «lo mejor es un aprendizaje de lo que es la categoría, con público, con un equipo que se está jugando mucho». Asimismo, González remarca, que este choque ha sido «un paso adelante en la madurez del equipo».