El conjunto burgalés venció en un difícil encuentro en el que llegó a estar con nueve goles arriba, pero en el que los errores de la segunda mitad a punto estuvieron de costarle un susto
UBU San Pablo Burgos
32
Mile, Pinillos (3), Juli (1), Claudio Ramos, Ernesto (3), Dalmau (3), Juan Tamayo (3), -siete inicial- Ibrahim, Marcos Braga (5), Cantore (1), Espinosa, Raúl (2), Samuel (3), Javi Rodríguez (1), Álvaro Torres (4), Joshua (3).
Discilín Balonmán Lalín
29
B. Fernández, López (1), R. Fernández (4), Dacosta (1), Durán, Iglesias (2), Alvárez (5), -siete inicial- Gil (2), Crespo, Losón (1), Batán (3), Porto (6), R. Pedreira (2), González, A. Pedreira (1), Toimil (1).
PARCIALES: 2-2 / 4-3 / 8-4 / 12-6 / 16-7 / 18-11 / descanso / 22-13 / 24-16 / 26-19 / 28-24 / 31-25 / 32-29
ÁRBITROS: José Antonio Huertas Herrador y Antonio Javier García del Salto. Excluyeron a Pinillos (mins. 5:45 y 49:19) y Julián Rasero (36:56 y 49:05), por parte del UBU San Pablo Burgos, y a Martín Losón (min. 39:26) y Ramón Gil (44:52), del Discilín Balonmán Lalín.
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la novena jornada del Grupo A de División de Honor Plata disputado sin presencia de público. Antes de comenzar el encuentro, se guardó un minuto de silencio en memoria del expresidente de la Real Federación Española de Balonmano y exseleccionador nacional, Juan de Dios Román, fallecido el sábado.
El UBU San Pablo Burgos se llevó dos puntos ante el Discilín Balonmnán Lalín (32-29), en un encuentro en el que, como si en un choque de pretemporada se tratase, el cuadro burgalés dio dos imágenes muy diferenciadas: una en la primera parte, marcada por la seriedad y el orden defensivo, y otra en la segunda, con errores y precipitación que casi suponen un disgusto en el tramo final.
Los nervios marcaron el inicio del encuentro para el UBU San Pablo. A la escuadra local se le notaba la ansiedad fruto de la excepcional situación vivida las últimas semanas y que se saldó con derrota en Alicante la jornada anterior, por lo que el bloque burgalés saltó a la cancha algo errático.
El hambre de sumar una victoria era palpable en ambos equipos que trataban de hilvanar acciones rápidas, aunque no siempre con el acierto deseado. Lalín encontraba en Roberto Álvarez el arma para romper la defensa cidiana en el arranque, si bien, pasados los cinco primeros minutos, los cidianos se asentaron con firmeza sobre la cancha. Tanto, que la exclusión de Pinillos en el minuto 6 se saldó con un parcial de 2-0 para los locales. La ventaja rojinegra se situaba, entonces, en dos goles gracias a una percusión desde distintos flancos, especialmente desde el pivote, que ponía en dificultades la labor defensiva de los gallegos.
Con el paso de los minutos, el UBU San Pablo se crecía, se sentía cada vez más cómodo y empezaba a ser el equipo reconocible al que el espectador burgalés está acostumbrado: buena defensa, recuperación y contraataque. El guion cidiano comenzaba a interpretarse al pie de la letra para que la renta se colocara en 7 tantos (min. 19), con Dalmau y Torres como máximos artilleros en ese tramo del partido y con un Mile enarbolando el ‘no en mi casa’.
El bloque lalinense parecía diluirse a medida que avanzaban los minutos, pero un arreón justo antes del descanso, con un parcial de 0-4, dejó la ventaja cidiana, que había llegado a estar en 9 dianas, en solo cinco momentáneamente. Un aviso para evitar excesos de relajación. Con un 18-11 se llegó al receso.
En la reanudación los gallegos pusieron el ímpetu y los castellanos el orden. La defensa cidiana se armó como un muro de contención. La concentración fue la clave del buen arranque local, aunque la exclusión de Juli en el 36 hizo mella en el entramado rojinegro, que vio como Lalín se endosaba un 0-3 de parcial para situarse en 23-16.
El conjunto burgalés sujetaba la distancia, pero por momentos el cuadro pontevedrés amenazaba con acercarse más de lo deseable y, de hecho, así fue. En el 19 de juego, los gallegos se pusieron 5 tantos de diferencia, acto seguido Braga sufrió con contratiempo físico y Juli fue excluido antes de que el dúo arbitral parase el juego para atender al brasileño. Para colmo de males, justo en la acción siguiente, Pinillos también fue excluido, por lo que, a falta de 10 minutos, el conjunto visitante se vio con una clara oportunidad de dar la vuelta al encuentro.
Pero como siempre sucede en los momentos en los que el bloque cidiano más lo necesita, una parada providencial de Ibrahim Moral fue la espuela para dar alas a los suyos, que aguantaron el trance y volvieron a septeto con un gol más en el marcador. El partido estaba en una fase emocionante y llena de tensión. Cualquier fallo podía suponer que la contienda se complicase más de lo deseable para los rojinegro. La precipitación y los errores se multiplicaban en ambos bandos y la sombra del partido ante el HC Eivissa planeaba sobre El Plantío, que parecía revivir una remontada épica del rival. Pero esta vez, el equipo local pudo amarrar la victoria. Ya sobre la bocina, el conjunto gallego anotó un último gol, que colocó el marcador final en un 32-29. Importante triunfo para el Balonmano Burgos que se mantiene en la parte alta de la tabla y que, a pesar de los errores, empieza a recuperar las sensaciones previas al parón por confinamiento.
DECLARACIONES DE NACHO GONZÁLEZ:
Tras el encuentro, el entrenador cidiano, Nacho González resumía el duelo en una frase: «Una victoria que nos permite seguir trabajando en una buena línea». En un análisis más amplio, el técnico no se mostraba nada satisfecho, a pesar del triunfo: «En líneas generales, no estoy nada contento con el partido que hemos hecho». «En la primera parte, los primeros 20 o 25 minutos hemos estado muy serios, sobre todo defensivamente nos hemos movido muy bien», explicaba el preparador. «Muy ordenados en el contraataque y, aunque hemos cometido algún error, hemos sido un equipo muy reconocible», ampliaba. «Cosa que en la segunda parte no ha ocurrido, ya que no hemos estado bien defensivamente y no hemos sido reconocibles en ningún momento», lamentaba. González tiene claro que «eso es lo que hay que mejorar». Hay que «volver a conseguir una estabilidad». «Es cierto que la sensación que da es de pretemporada, de volver a coger el ritmo y un perfil muy similar al partido de Ibiza, que al final, terminamos perdiendo», recordaba. «Hoy, porque Ibra ha estado bien atrás, ha sacado algún contraataque muy bueno y yo creo que eso es lo que nos ha permitido llegar al final y poder conseguir la victoria», analizaba. El vallisoletano incidía en la importancia de continuar con un trabajo intenso durante los próximos días. «A seguir rodándonos y cogiendo el ritmo, porque ahora tenemos muchos partidos seguidos y necesitamos intentar ser estables los 60 minutos para evitar estos altibajos que son muy peligrosos de cara a conseguir los resultados», completaba.