El cuadro cidiano supera la ronda ante el Incarlopsa Cuenca con un partido por redondo en el que los burgaleses llevaron siempre la voz cantante y en el que Dashko terminó con 12 goles
UBU San Pablo Burgos
38
Mijuskovic (1), Dalmau (1), Ignacio (5), Gallardo (1), Ernesto (2), Vera (3), Dashko (12), -siete inicial- Ibrahim, Espinosa (), Roberto (1), Marcos (1), Ceballos (3), Andrés (), Tamayo, Alonso, Karlov (8)
Incarlopsa Cuenca
36
Ibáñez, Ariel (9), Ponciano (13), Fernández, Bulzamini, Moya (4), -siete inicial- Mach (3), López, Prantner (5), Grbavac, Pozzer, Arnau (2), Pizarro, Rebelo.
PARCIALES: 4-3 / 7-7 / 8-8 / 12-10 / 16-12 / 19-14 / descanso / 23-17 / 25-22 / 27-26 / 30-29 / 35-33 / 38-36
ÁRBITROS: Víctor Navarro Baquero y Fernanda Espino Guerra. Excluyeron a Karlov (min. 8:43 y 33:16), Dalmau (min. 20:46), Dashko (min. 21:38), Espinosa (Min. 25:56), del UBU San Pablo, y a Prantner (min. 46:49 y 50:46) y Pozzer (min. 52:03), del Incarlopsa Cuenca. Además descalificaron con roja directa a Vila Nova (min. 30:33).
El UBU San Pablo Burgos no tenía ninguna presión por ganar, pero no iba a perder la oportunidad de darse una alegría y compartirla con una afición que en esta temporada no ha tenido la suerte de ver muchas victorias en casa. Así, el conjunto rojinegro saltó sin miedo al parquet de El Plantío y completó una espectacular actuación para cerrar el pase de ronda con un 38-36 frente a un Incarlopsa Cuenca al que faltó ambición.
El equipo cidiano quería demostrar que podía competir contra un equipo Asobal y las ganas se notaban en el exceso de revoluciones iniciales de los burgaleses, que querían correr y lanzar a toda costa. Superado el arranque impetuoso, el choque se igualó en fuerzas. Los locales tiraban del lanzamiento lejano de Dashko mientras que los foráneos encontraban en el pivote Ariel su mejor baza anotadora.
La contienda era un intercambio de golpes que mantenía el tanteo en un equilibrio constante al que contribuía un Mile muy activo en el primer tramo del partido. En el 17, un robo de Dalmau en defensa concluía con un contraataque transformado por él mismo que abría la primera brecha favorable a los de casa (11-9). Justo después, Diego Vera hacía el 12-9 para obligar a Lidio Jiménez a solicitar el primer tiempo muerto. Las cosas no le salían a Cuenca y, de hecho, con dos exclusiones consecutivas en las filas rojinegras -Dalmau y Dashko- la brecha se abría a los cinco tantos favorables a los locales (15-10). El UBU San Pablo tenía claro que la máxima del día era disfrutar y lo estaba haciendo junto a una afición que acudió a la llamada para apoyar a los suyos. El equipo local estaba en su salsa y, así, con 19-14 se llegó al descanso.
La vuelta a la pista de produjo de forma convulsa para los conquenses que a los 30 segundos de pisar de nuevo el parquet veían como Vila Nova recibía una roja directa por un manotazo en la cara a Karlov. Esta circunstancia se unía a un parcial de 3-0 de los locales que situaban el tanteo en un 22-14 para llevar al técnico visitante a pedir otro tiempo muerto e interrumpir la fiesta cidiana.
La charla tenía efecto en los castellanomanchegos que, poco a poco, empezaban a mostrar las armas que le hacen ser un equipo de Asobal. Así, con un 24-20 y una dinámica creciente del bloque visitante, Nacho González paraba el reloj para tratar de recuperar las sensaciones que sus pupilos demostraban unos minutos atrás. Cuenca situaba una defensa 5:1 y el marcador se apretaba. Mile no detenía tantos balones en ese tramo y Ruslan encontraba más dificultad para anotar (min. 42. 26-24). El Incarlopsa apretaba y Burgos salvaba la primera bola de sus rivales del igualar la contienda, algo que se produciría en el 19 (min. 30-30). La tensión se elevaba en un partido en el que, a priori, ninguno iba a desgastarse en exceso, pero la posibilidad de llevarse la eliminatoria llevaba a ambos conjuntos a afanarse y recrudecer las defensas. Tanto, el cuadro conquense recibía dos exclusiones seguidas que daban alas a los cidianos y permitían volver abrir una brecha de tres goles en el 55. Lidio Jiménez detenía otra vez el partido. Quedaban menos de cinco minutos y Burgos solo tenía que atesorar su renta. El conjunto visitante situaba una defensa presionante y se lograba poner a un gol a falta de 30 segundos, pero, en esta ocasión, al cuadro cidiano no le tembló el pulso y cerró el choque con un gol de Diego Vera que daba el pase de forma brillante e imponente a los rojinegros.