El filial rojinegro cae ante el Aula Valladolid - UEMC a causa de un penalti transformado por los vallisoletanos a falta de cinco segundos para el final
Derrota cruel y ajustada por 28-29 de un UBU ParqueNorte que tuvo en sus manos sacar algo positivo, al menos un empate, de un encuentro igualado y peleado.
Los cidianos comenzaron poco a poco y sin dejarse amilanar por un Aula Valladolid mucho más experimentado y con tablas. Los primeros parciales cayeron del lado visitante pero el bloque burgalés ajustó la defensa para lograr igualar el partido y poner en aprietos al bloque foráneo. La aportación del joven Alonso desde el pivote se hacía notar y el balón fluía entre las manos de los cidianos, que lograban abrir una brecha de tres goles sobre el minuto 20 de juego, lo que obligaba al técnico visitante a para el juego. La charla fue productiva para los pucelanos que volvieron a la cancha embravecidos y con ganas de revertir el marcador. Poco tardó Aula Valladolid en igualar la contienda y ponerse por encima. Con un 12-13 se llegó al descanso.
En el reinicio seguía mandando el equipo vallisoletano. El cuadro local jugaba a arreones y lograba acercarse en el marcador pero, de nuevo, Aula recuperaba el control con rentas de 2 o 3 goles a favor. Con mucho trabajo, UBU ParqueNorte volvía a igualar la contienda para abrir un choque emocionante y equilibrado hasta los últimos instantes. Con empate a 28 y posesión para Aula se llegó al último minuto, pero lo vallisoletanos perdieron el balón y tras unos segundos sin dueño, la bola se quedó en manos del cuadro burgalés. Con 30 segundos para el final, Marcos Martínez pidió tiempo muerto para preparar jugada, sin embargo, en el inicio de la misma Marcos González perdió el balón y luchó con un jugador rival por la posesión, que fue concedida por los árbitros para Aula. El cidiano tardó unos segundos en soltar la pelota y los colegiados pitaron sabotaje, lo que supuso la roja para el jugador rojinegro y un lanzamiento de 7 metros favorable a los visitantes, que anotaron para llevarse una victoria agónica.