Todo lo que ha dado de sí el año para el UBU San Pablo, mes a mes
Una temporada invicto, un encierro en medio de la incertidumbre, un ascenso sin abrazos y un inicio de ensueño en una categoría jamás vista en Burgos. En 12 meses, el UBU San Pablo Burgos ha vivido una montaña rusa de emociones, pero, sin duda, a pesar de todas las dificultades que 2020 ha traído consigo, este año ha sido memorable para la entidad cidiana.
El UBU San Pablo Burgos concluyó el 2019 volando alto. Tras 14 jornadas se encontraba invicto y acababa de superar brillantemente a dos de sus rivales directos: Unión Financiera Oviedo (34-20), en la jornada 12, y Balonmano Soria (41-33), en la 13. El cuadro cidiano cerró el año, además, con un resultado de récord, venciendo a domicilio a la Universidad de Valladolid por 22-52.
Enero. Rumbo fijo
El equipo rojinegro regresó a la competición esperando que el parón por las vacaciones de Navidad no hubiera hecho mella en el alto ritmo de competición que acumulaba hasta diciembre. El primer duelo del año enfrentó a los burgaleses al filial del Ademar, al que superó por un 34-28. Balopal fue el primer rival de la segunda vuelta y los palentinos sucumbieron en El Plantío por 47-25. Finalmente, el UBU San Pablo cerró el mes de enero con una victoria en la cancha de Delicias por 26-33, siendo primero en la tabla, invicto y a cinco puntos de distancia del segundo en ese momento, el BM Santoña.
Febrero. ¡Imparables!
Todo seguía según el plan. Nada parecía torcer el rumbo del conjunto cidiano. Los de Nacho González se midieron y ganaron en febrero a La Fuente Pereda (42-27), justo antes de visitar la pista de uno de los candidatos a luchar por el ascenso, el BM Santoña. El partido emocionante hasta el último momento, mostró a dos equipos con un balonmano muy superior a la categoría en la que se encontraban, la Primera Nacional. Tras iniciar el partido con dominio castellano, los locales lograron ponerse por encima y sumar tres goles de ventaja en el minuto 46. La ventaja de los cántabros no puso nerviosos a los rojinegros que supieron contemporizar y dar la vuelta al marcador para sumar una victoria trascendental para sus intereses (23-25). Tras vencer al Ciudad de Salamanca en la siguiente jornada (38-28), el cuadro burgalés se enfrentó al Balonmano Arroyo. La visita al pabellón Antonio Garnacho se saldó con victoria (35-43), pero con la mala noticia de la lesión de gravedad de Jano Racero, quien sufrió una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha que le obligó a decir adiós a la temporada.
Marzo. El covid para el mundo
A pesar de la baja de uno de sus puntales ofensivos, el cuadro cidiano no se resintió en los dos siguientes compromisos y venció por 33-23 al Grupo IMQ y por 27-36 a DKV Gijón, este último en la jornada 23. Parecía imposible frenar el avance del conjunto rojinegro. El bloque castellano se mantenía invicto tras 23 jornadas, con siete puntos de distancia sobre el segundo, el Balonmano Soria y un ratio anotador solo superado por el Barça en Asobal. Pero la pandemia por el coronavirus se interpuso en el avance de la competición. El martes 10 de marzo, la RFEBM y el CSD publicaban la obligación de disputar todos los encuentros de las dos jornadas siguientes a puerta cerrada. Tan solo un día después, el Comité de Competición suspendía los todos partidos, inicialmente por dos semanas. De igual modo, la Federación de Castilla y León suspendía las competiciones territoriales. El 12 de marzo, el Club Balonmano Burgos anunciaba la suspensión de los entrenamientos. El avance irrefrenable de la pandemia derivó en una suspensión ‘sine die’ de las competiciones anunciada por la RFEBM el día 16 de marzo.
Abril. Renovación de Nacho González
El mes de abril se tradujo en una larga y frustrante espera acerca de posibles noticias sobre el devenir de la competición. En medio de la incertidumbre, el UBU San Pablo Burgos quiso asegurar el futuro, estuviese en la categoría que estuviese en la temporada 2020/2021, y el día 13 anunció la renovación del entrenador, Nacho González, para la siguiente campaña. De este modo, el club cidiano volvía a depositar su confianza en el proyecto de crecimiento de la entidad encabezado por el técnico vallisoletano. El 24 de este mes, la Junta Directiva de la RFEBM proponía el fin de las competiciones de 2019/2020 sin descensos, pero con ascensos. La decisión final quedaba en manos de la Comisión Delegada del ente federativo.
Mayo. ¡El sueño se cumple!
Los rumores iban y venían y todas las miradas del balonmano español estaban puestas en la reunión de la Comisión Delegada de la RFEBM, que se celebraba el 4 de mayo. El encuentro, previsto para las 18:00 horas, se alargó más de lo que muchos corazones esperaban soportar. Finalmente, poco antes de las 22:00 horas, se emitió la resolución a través de la cual se confirmaba que todos los primeros clasificados de los seis grupos de Primera Nacional, ascendían a División de Honor Plata. Así, el UBU San Pablo Burgos, como líder indiscutible del Grupo B, conseguía el objetivo por el que había estado peleando toda la temporada, si bien sin la gloria de celebrarlo en la pista acompañado de la afición. El conjunto cidiano se ponía manos a la obra, sin perder ni un segundo, para preparar una campaña histórica en una categoría nunca conocida en el balonmano burgalés. Tras la operación exitosa de Jano Racero el día 14, las noticias, por fin, empezaban a sucederse en el seno del club rojinegro. El 20 de mayo se anunciaba la renovación de Diego Vieira, quien no solo entrenaría a varios equipos de la Academia sino que se haría cargo de la coordinación de toda la cantera. El día 24 se anunciaba la primera renovación de cara al nuevo curso: Ibrahim Moral. El 26, se confirmaba la salida de Aleix Toro y Sergi Germán y dos días después se confirmaba a Raúl Blanco por un año más.
Junio. Renovaciones y fichajes de renombre
El mes de junio arrancaba con la renovación del capitán, Alberto González Pinillos. El bloque burgalés tomaba ritmo en la confección de su plantilla y a lo largo del mes fueron Pablo Cantore, Juan Tamayo, Javi Rodríguez, Ernesto López, Álvaro Torres y Javier Espinosa quienes prolongaban su estancia en la capital burgalesa. El 13 de junio, la Asamblea de la RFEBM publicaba los acuerdos a los que había llegado, de modo que se establecía el inicio de liga 2020/2021 el 26/27 de septiembre y se establecían dos grupos de 10 equipos, con dos ascensos a Asobal y cinco descensos. Asimismo, se anulaban las eliminatorias previas de la Copa del Rey, que incluían equipos de Plata. Una emocionante nueva aventura que el bloque cidiano quería afrontar con las máximas garantías, por eso la entidad burgalesa anunciaba el 17 de junio su primera incorporación: Mile Mijuskovic. El internacional Montenegrino se convertía en un fichaje estrella, al que seguiría otro nuevo jugador procedente de Asobal, Claudio Ramos. El 22 de junio se conocía el primer rival del UBU San Pablo para la nueva campaña: la SD Teucro.
Julio. Se cierra la plantilla
La actividad previa a la competición era ya frenética. Las presentaciones de jugadores se intercalaban con los anuncios de renovaciones, como la de Julián Rasero, y de nuevos jugadores: Dalmau Huix, Samuel Gómez y, finalmente, Marcos Braga. Tres fichajes de kilates para afrontar el nuevo curso con opciones a todo. Además, se hizo valer el buen trabajo de la base del Balonmano Burgos al confirmarse la inclusión de los jugadores de la Academia Marcos García y Cristian Tomé en la pretemporada del primer equipo. Por contra, hubo que decir adiós a Pablo García después de tres temporadas vistiendo la elástica rojinegra.
Agosto. Arranca la pretemporada
El mes de agosto comenzó con otra buena noticia para la base del Balonmano Burgos. Marcos Martínez regresaba a la entidad cidiana como entrenador del filial y como coordinador del deporte escolar. El día 6, los jugadores del primer equipo comenzaban su actividad, pasando los reconocimientos médicos y, en los días siguientes, las valoraciones físicas. Así, el día 11 comenzaban oficialmente los entrenamientos. El día 27 se presentaba la campaña de abonados con el lema ‘Cotiza al alza’ con la que la entidad rojinegra buscaba enganchar a la afición burgalesa. La pretemporada seguía con intensidad y el primer amistoso, disputado en El Plantío, fue un apasionante derbi entre el club cidiano y el Villa de Aranda, que terminó con victoria de los ribereños por 27-31.
Septiembre. Estreno en DH Plata
El UBU San Pablo aumentó el ritmo de partidos de preparación y durante el mes de septiembre, los burgaleses se enfrentaron en un ida (32-32) y vuelta (31-31) al Balonmano Zamora y recibieron a Ikasa (30-30) y Torrelavega (25-26). Así, el bloque castellano cerraba la pretemporada sin haber sumado ninguna victoria, pero con confianza plena en el trabajo y en las sensaciones acumuladas. El 26 de septiembre de 2020, el UBU San Pablo Burgos se estrenaba por fin en la División de Honor Plata por todo lo alto, ganando por 25-27 en la cancha de Teucro, en un duelo dominado de principio a fin por los de Nacho González.
Octubre. Avance y frenazo
El inicio del mes de octubre trajo consigo la dolorosa derrota en casa contra el HC Eivissa (32-33). Los cidianos sucumbieron en el último segundo del partido y aprendieron la valiosa lección de que, en esta categoría, no hay margen para la relajación. El 11 de octubre, El Plantío vivió la esperpéntica imagen de acoger un partido en el que ambos contendientes, el UBU San Pablo y la UE Sarrià, se vieron obligados a jugar con mascarilla. Más allá de la anécdota, que no pasó de ese fin de semana, el duelo se lo llevaron los locales por 33-22. Dos días después, y tras superar un laberinto burocrático que parecía eterno, el brasileño Marcos Braga llegaba por fin a Burgos para incorporarse a la disciplina rojinegra. Mientras Braga comenzaba los entrenamientos, el bloque rojinegro se encontraba en un altísimo estado de forma y así lo demostró en sus dos siguientes enfrentamientos, en los que venció por 23-28 a Sant Martí Adrianenc y al CH Bordils por 31-26, triunfos que le sirvieron para situarse líder. Pero, de nuevo en este año, el coronavirus se interponía en el avance cidiano y el club, en un control rutinario, detectaba un positivo en el seno de la plantilla, lo que obligaba a confinar al equipo y a aplazar su siguiente encuentro, ante el Acanor Novás.
Noviembre. Desconfinamiento a trompicones
Las pruebas iban detectando nuevos positivos en la plantilla, que al final sumaron seis a los que se unieron dos miembros del staff técnico. El encuentro ante Novás se situaba en el 8 de diciembre mientras que el choque ante el Barça B, que también tuvo que ser aplazado, se establecía para el 22 de diciembre. El equipo comenzó a entrenar a mediados del mes con solo 8 efectivos y, a medida que el resto de la plantilla se desconfinaba, se iban sumando nuevos jugadores. El parón, unido al cierre de los gimnasios en la capital, supuso un frenazo para el avance burgalés que regresó a la competición el día 20. El viaje a Alicante mostró el daño que el encierro y el coronavirus habían causado en el equipo, que cayó derrotado por 33-27. El conjunto castellano cerró el mes sujetando una victoria muy trabajada ante Lalín por 32-29.
Diciembre. El UBU San Pablo hace cumbre
El UBU San Pablo Burgos afrontaba el último mes del año sabedor de que le esperaba una etapa de alta montaña, que se traducía en una gran acumulación de partidos con largos viajes de por medio, que tendría que ascender administrando las fuerzas de las que disponía tras el confinamiento. El bloque cidiano adelantó el choque contra Teucro (36-27) al sábado día 5 para poder disponer de algo más de tiempo para medirse a uno de sus grandes rivales, el Acanor Novás. El duelo en O Rosal, fue un gran partido de balonmano que comenzó dominando el cuadro gallego para ceder el control al equipo burgalés. Sin embargo, una desconexión en el tramo final de los rojinegros, acabó con victoria sobre la bocina de los locales. Nueva lección aprendida para los de Nacho González, que no volvieron a conocer la derrota hasta el fin del año. Superaron al HC Eivissa (29-30) y Sarrià (26-34), justo antes de enfrentarse al líder del grupo, el Barça B. El encuentro, de altísimo nivel, fue abierto y disputado. Los catalanes se fueron al descanso con una renta de tres tantos, pero los burgaleses espoleados por los 200 cidianos en la grada y con un Dalmau Huix en estado de gracia, se llevaron la victoria por 37-32 y cerrar por todo lo alto un año inolvidable.