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El UBU San Pablo con una ratio de 36,22 goles por partido y pleno de victorias se sitúa como uno de los mejores equipos nacionales en una temporada clave para el crecimiento del club
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Una preparación física con un centro deportivo de alto rendimiento, el análisis Big Data y la experiencia de un técnico de categoría Asobal, como es Nacho González, marcan un punto de inflexión en la estructura interna de la entidad
El Club Balonmano Burgos nació para buscar grandes metas. En su tercera campaña compitiendo en Primera División nacional estas parecen más cercanas que nunca. Nunca antes las cifras habían resultado tan abrumadoras ni el público había disfrutado tanto viendo al conjunto cidiano sobre la pista. Tras dos primeras temporadas de transición, este curso supone para el cuadro castellano su año de despegue, tanto en lo deportivo como en lo estructural.
Veintitrés jornadas se habían disputado hasta que la crisis causada por el coronavirus paralizó en secó una competición aún pendiente de resolver. Idéntico número de victorias suma el bloque rojinegro en una campaña en la que la entidad burgalesa está sentando los cimientos de una estructura que sujete el crecimiento de un equipo que no se pone límites.
Con un técnico de categoría Asobal como Nacho González y una plantilla renovada con jugadores jóvenes y llenos de talento, el UBU San Pablo Burgos comenzó el pasado día 21 de septiembre su temporada más ambiciosa. Aquella primera victoria (23-38) contra el recién ascendido Balopal fue una buena toma de contacto con la competición, pero ya evidenció un trabajo sólido, incluyendo el aspecto físico, en el que ha destacado el cuadro cidiano a lo largo de la liga. No en vano, el club incorporó en pretemporada a Proporción A, un centro especializado en alto rendimiento deportivo, como colaborador para la preparación física de la primera plantilla.
El conjunto rojinegro ha ido creciendo con cada jornada en su estilo de juego. Sus ritmos altos le han llevado a sumar una media de 65 ataques por partido, llegando incluso a 77 en el encuentro disputado ante la UVA el 20 de diciembre de 2019, en el que el equipo burgalés venció por 22-52. Un abultado marcador del que no se conocen precedentes históricos equiparables entre todas las categorías nacionales.
Precisamente, este alto ritmo de juego provoca que la media goleadora por partido sea también muy elevada (36,22), la más alta en las tres temporadas que el club compite en Primera (24,6, en la 17/18; 30,7, en la 18/19). De hecho, con siete jornadas sin disputarse, el cuadro dirigido por Nacho González ya suma más puntos de los que acumuló en toda la 2017/18 (36 entonces por 46 en la actualidad) y más goles totales (738 entonces por 833 en la actualidad). Ese año el concluyó séptimo. La temporada 2018/19, los cidianos terminaron cuartos con 48 puntos y 921 goles a favor, lo que evidencia lo cerca que se situaba el equipo castellano de batir su propia marca. Tanto es así, el bloque burgalés es uno de los mejores equipos de todas las categorías nacionales, solo superado en cifras por el Barça, en categoría Asobal (junto al BM Morvedre, en División de Honor Plata Femenina, son los tres equipos invictos en divisiones estatales).
Las estadísticas, de hecho, también suponen un punto estratégico de crecimiento gracias al análisis Big Data que el cuerpo técnico acaba de incorporar en su rutina de trabajo, lo que permite conocer al detalle y con infinidad de variables el rendimiento de la plantilla de forma individualizada. Una forma de trabajo de vital importancia para un club que aspira a crecer y a seguir escalando categorías en el balonmano nacional.